Erick Erikson. Teoría del desarrollo psicosocial

08.06.2014 21:54

Dentro de la psicología del desarrollo la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson es una de las más conocidas y aceptadas. Partiendo de las concepciones de Sigmund Freud sobre el desarrollo de la personalidad Erikson también cree que la personalidad se desarrolla en una serie de etapas. 


En lo que discrepa Erikson con Freud es en la importancia que este último daba al desarrollo sexual para explicar el desarrollo evolutivo del individuo. Erikson sin embargo lo que contempla es que el individuo a medida que va pasando por diferentes etapas lo que va desarrollando es su conciencia por mediación de la interacción social. Para Erikson la conciencia se encuentra en desarrollo continuo a lo largo de la vida de la persona debido a la interacción social. 

La de Erikson también es una teoría de la competencia. Para él en cada una de las etapas por las que pasa la vida el ser humano desarrolla una serie de competencias determinadas. Si en esa etapa de la vida la persona ha adquirido la competencia que corresponde esa persona sentirá una sensación de dominio que según Erikson se denomina fuerza del ego. Entonces la persona que ha adquirido la competencia saldrá con una sensación de suficiencia que le ayudará a resolver los retos que tendrá que superar en la siguiente etapa de su vida. 

Otra de las características fundamentales de la teoría de Erikson es que para él cada una de las etapas de la vida se ve marcada por un conflicto que es lo que permite el desarrollo del individuo. Cuando la persona resuelve cada uno de los conflictos esto le hace crecer psicológicamente. En la resolución de estos conflictos el ser humano encuentra un gran potencial para el crecimiento, pero como toda moneda tiene su cara y su revés también podemos encontrar un gran potencial para el fracaso. 

Para Erickson, el yo es la parte de la mente que da coherencia a las experiencias conscientes e inconscientes. Es una capacidad organizadora que surge del contexto genético, sociocultural, e histórico de cada individuo. El desarrollo del yo se origina en ocho etapas que no ocurren dentro de un marco cronológico estricto.

Cada etapa psicosocial de la vida incluye su propia crisis vital, un periodo crucial en que el individuo realiza un giro decisivo en un sentido u otro, y que proporciona nuevas oportunidades para desarrollar fuerzas del yo o virtudes básicas. En cada nivel superior, la personalidad se vuelve más compleja.

 

 

Comparación entre las teorías de Erickson y Piaget

 

Erickson es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la teoría de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona a partir de un principio epigenético. Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Como si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de éstos se abrirá en un momento concreto, con un cierto órden que ha sido determinado por la naturaleza a través de la genética. Si interferimos con este órden natural de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado pronto o en un momento que no es el que le corresponde, destruimos el desarrollo de la flor al completo. 

Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones sociales de la escuela y la familia. 

Las diversas tareas descritas por el autor se establecen en base a dos términos: una es la tarea del infante, llamada “confianza-desconfianza”. Al principio resulta obvio pensar que el niño debe aprender a confiar y no a desconfiar. Pero Erikson establece muy claramente que debemos aprender que existe un balance. Ciertamente, debemos aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos. 

Cada fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función. 

Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar maladaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado.